Estimados compañeros universitarios, Buenas tardes.!
Como todos sabemos, en la Universidad Tecnológica de Jalisco, como en cualquier institución de educación superior, los docentes, junto con los alumnos, son los actores centrales en la magna obra que consiste en formar profesionales para desempeñarse en las organizaciones económicas y sociales. Ese trabajo se realiza día a día y por esa vía se han forjado las generaciones de ingenieros y de técnico superior universitarios requeridos por las empresas y las organizaciones públicas y sociales que han sido formados por la Universidad a lo largo de sus 20 años de fructífera existencia.
En ese sentido, mi experiencia en la UTJ, primero como Secretario académico y ahora como Rector, me permite afirmar de manera categórica que contamos con una planta docente adecuada y pertinente para desarrollar el proceso de aprendizaje de competencias en el ámbito de las profesional tecnológico.
Entiendo que la ingeniería es la aplicación práctica de las leyes de la física y la química. Y éstas son las ciencias que estudian las propiedades de la materia y de la energía, además de las relaciones entre ambas.
Si algo caracteriza a nuestro gran país es contar con muchas materias primas, materiales y mucha energía. Sobre esta base se puede afirmar, sin exagerar, que los ingenieros son los grandes constructores del país. Por eso resulta fundamental la visión que tenemos de México.
Y esa visión se forma, en muy buena medida, por lo que transmiten los maestros a sus alumnos. Creo que algunos ingenieros vemos al país como un gran edificio en el que son fundamentales los cimientos –sólidos, profundos, resistentes–; luego columnas y muros de carga capaces de soportar tensiones inesperadas; las losas de cada piso deben tener elasticidad, pero también firmeza; a las viviendas hay que edificarlas pensando en las necesidades de la gente, con sentido común. La mejor ingeniería es la que prevé y resuelve problemas en vez de ignorarlos o crearlos.
Esta perspectiva obliga a la reflexión en torno a nuestro quehacer docente.
La Universidad del siglo XXI se enfrenta a lo que hoy se denomina la sociedad del conocimiento a la par que el proceso de globalización. Esos complejos procesos internacionales se conjugan con los lineamientos impulsados por la cuarta transformación y la refundación de los gobiernos federal y estatal respectivamente. Hoy requerimos un tipo y forma de quehacer y práctica docente que instruya a los alumnos en el aula y fuera de ella para enfrentar esos retos. Por lo tanto, hoy requerimos un docente adecuado a los retos de nuestros tiempos.
¿Cómo es ese docente? Una de las respuestas la encontré en la experiencia del ingeniero Patrick Awuah. Él fue uno de los desarrolladores del software de Windows NT y por lo tanto se hizo millonario. Este ingeniero proveniente de África estudio en Estados Unidos y muy joven ya tenía la familia perfecta, la casa perfecta y un futuro prometedor. Pero decidió dejar su cómoda existencia en Seattle (EEUU) y regresar a África.
Awuah recibió el Premio WISE 2017 a la Educación, un galardón que reconoce la mejor práctica docente del mundo y que está dotado con medio millón de dólares. El chico que dejó Ghana en 1985 con apenas 50 dólares en el bolsillo y una beca completa para estudiar en Pensilvania recogió el reconocimiento en Qatar (Doha), durante la Cumbre Mundial de Educación.
Awuah relata que, desde su posición privilegiada en EEUU, contemplaba con impotencia cómo el continente africano se hundía en un círculo vicioso de malas decisiones políticas, pobreza, conflictos y corrupción. Sólo el 5% de los jóvenes cursa estudios universitarios en Ghana y, aunque hay suficientes instituciones terciarias, la forma de enseñar a los estudiantes es demasiado memorística y rutinaria. Los profesores leen las mismas lecciones año tras año y los estudiantes se limitan a escribir lo que les cuentan sin plantearse si es cierto o no.
Por eso, cuando montó en 2002 la Universidad de Ashesi (que significa ‘comenzar’ en akánico, una de las lenguas de Ghana), quiso que, por encima de todo, los alumnos «aprendieran a pensar por sí mismos» y se instruyeran en lo que él denomina «un liderazgo ético». El campus ofrece licenciaturas de cuatro años en Administración de Empresas e Informática y Sistemas de Gestión, pero con un proyecto educativo centrado en las Humanidades donde se fomenta el pensamiento crítico y se aprende a separar la información relevante de la irrelevante, a cuestionar lo establecido y a respetar las opiniones contrarias.
De ello se deduce que necesitamos líderes filósofos. Las Humanidades son la clave para formar a los líderes del futuro. Nuestros estudiantes deben ser capaces de plantearse grandes preguntas sobre cómo construir una sociedad mejor y reflexionar sobre la empatía o los derechos humanos antes de convertirse en ingenieros o altos ejecutivos.
Esa creencia la tiene otro gran maestro, Peter Tachibi, ganador del Global Teacher Prize este año.
Este apreciable maestro considera que en las aulas tenemos la oportunidad para desarrollar la inteligencia, curiosidad, talento y valores de nuestros alumnos.
Tachibi nos recomienda, cinco aprendizajes para transformar nuestro desempeño docente:
1.- Pensar en la comunidad, más allá de la universidad.
2.- Generar confianza en los estudiantes
3.- Interactuar mucho con los alumnos: un buen maestro es muy cercano a sus estudiantes e interactúa con ellos. Hay que utilizar la relación docente alumno para mejorar la confianza de sus alumnos y generar pasión por el estudio.
No es solo pararse al frente y hablar todo el tiempo, sino hacer, actuar, guiar por medio del ejemplo. El profesor tiene que ser paciente. Una vez los alumnos ven que eres resilente, aprenden a respetarle. Pero no lo van a hacer si todo el tiempo estás enojado, molesto, cansado o desinteresado en su aprendizaje y crecimiento.
4.- Tener pasión por la docencia. Esta es una frase común, pero vale la pena repetirla: un buen maestro tiene que amar lo que hace. Por ello, Tachibi indica que lo primero que les recomendaría a los profesores es que se crean que están haciendo un trabajo muy importante para la sociedad. Por eso tienen que apasionarse por lo que hacen y trabajar con mucho compromiso.
5.- Ser creativo a pesar de las adversidades. En todas las escuelas hay dificultades. No obstante, para ser un gran maestro tienes que ser creativo, aceptar la tecnología, aprender y promover nuevas formas de enseñar. Hay que hablar menos y hacer más. En este sentido hay quien afirma que el mejor maestro es el que no habla en el aula…porque los alumnos se expresan todo el tiempo.
A todo esto, yo agrego, como dice Savater, que el maestro lo es tal en tanto tiene el grado que otorga la veteranía, la experiencia y el conocimiento sobre la materia que enseña. Decir a un alumno, les voy a dar clase, debe ser realmente impartir tu actividad docente con clase.
Estoy cierto de que estas características se encuentran presentes en nuestro cuerpo docente. Con esta certeza habremos de fortalecer, desde la Rectoría, un Plan para fortalecer el desarrollo del personal académico de la UTJ. Habremos de focalizar buena parte de los recursos institucionales a este propósito con el fin de que los alumnos tengan acceso a práctica docente de calidad y por ende la generación y desarrollo de las competencias que les acrediten tanto una buena y adecuada inserción en el ámbito laboral, así como la formación que los avala como ciudadanos comprometidos con la sociedad.
Maestros, compañeros universitarios, amigos todos: Su trabajo y ejemplo cotidiano en el trabajo frente al grupo tiene ese gran significado, dimensión, trascendencia y calado. Reciban hoy, como siempre, a través de mi conducto el reconocimiento de la comunidad UTJ al valor y mérito de su gran trabajo.
¡Enhorabuena y felicidades!
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