Universidad Tecnológica de Jalisco

Buenos días

Es un gusto darles la más cordial bienvenida a todas y todos Ustedes y, con profunda alegría, me permito saludar su presencia entre nosotros. Saludar significa dirigirse a alguien, al encontrarlo o despedirse de él, para manifestar o expresar su interés por su salud o por desearle que éste bien. Ese el sentido que recobra el dar la bienvenida o saludar en tiempos de la pandemia. Esta dura realidad nos ha apurado a resignificar nuestros actos cotidianos.

Así pues, y justamente por los cambios impuestos por nuestro acontecer, saludo a Ustedes con el gusto de celebrar y festejar su presencia entre nosotros, así sea hoy, de manera virtual. Contar con su presencia, como la de todos los que hoy nos acompañan a esta ceremonia, no es un ejercicio de retórica política o discursiva, sino de festejo pleno y total por la existencia.

Así pues, nos honran al acompañarnos en este Reconocimiento que celebremos a quienes, como Ustedes, se esfuerzan, se comprometen, estudian en el día, en el contexto de algo no vivido ni experimentado por otras generaciones.

Quiero iniciar esta oportunidad de dirigirme a Ustedes con varios propósitos. Uno de ellos ya lo señalé antes: festejar que estamos vivos. Sin embargo, también quiero manifestar que de lo que se trata no es de “vivir”. Digo esto porque la mayoría de la gente sólo existe. Y esa condición, la de sobrevivir, debe ser rebasada para llegar a ser lo que somos: seres humanos.

Y para ello la educación constituye una de las mejores vías para arribar a ese propósito esencial en cualquier ser humano. En ese sentido, resulta claro que educarnos o humanizarnos es un proceso largo e inacabado. La educación se puede comprender como el perfeccionamiento de nuestras virtudes, talentos o, como se sostiene, ahora, de nuestra inteligencia emocional. Por ello, a lo largo de nuestra existencia estamos aprendiendo y reaprendiendo. Y cuando esos sucede, la mejora de la vida de la persona, lo festejamos, lo reconocemos. Por ello, reconocer es un hecho humano profundo. Así sucede desde nuestra infancia.

Y justamente esa es el propósito de esta ceremonia: Reconocer a todos Ustedes por otro logro más en su proceso educativo y formativo. He manifestado que es importante de lograr lo que nos proponemos, pero resulta igual o de mayor importancia cómo lo logramos lo que logramos. Todavía más: resulta trascendente la forma o el método o métodos por lo que obtenemos algún logro u objetivo. Forma es fondo. En la forma en qué hacemos y logramos cosas tenemos y obtenemos reconocimiento, luego prestigio y al final reputación.

Y las premisas o principios sobre los que se gana el reconocimiento de otros hacia nuestra persona y luego por ende a la familia, la escuela, la empresa, se relaciona con el trabajo, el esfuerzo, el compromiso, la disciplina, la honestidad. Todas ellas son virtudes y valores que son puestas en juego por estudiantes como ustedes que son valoradas por sus compañeros, maestros, familia y como ahora lo hacemos, por la Universidad.

Y estoy cierto que todo esto es lo que día a día hacen la mayoría sino es que todos nuestros estudiantes de esta Universidad Tecnológica de Jalisco. A esos atributos se añaden el de los resultados académicos obtenidos. Las buenas notas, las excelentes calificaciones, sostenidas a lo largo de la carrera, son las que sustentan el reconocimiento que hoy, por mi conducto, las manifiesta la comunidad UTJ. Ustedes son y forman, por eso, de lo que hemos denominado “Orgullo UTJ”. Y ese orgullo se manifiesta, simultáneamente, con el perfil de genero de a los que hoy reconocemos: esta mañana, tenemos que de un total de 29 alumnos 15 son mujeres. (En la tarde: de 41 estudiantes 16 son mujeres). Este perfil hace que como Universidad comprobemos y celebremos la creciente, relevante y trascedente posicionamiento logrado por las mujeres.

Visto desde las perspectivas sociales, económicas y de género, el logro académico obtenido por los hombres era y es, en la educación en la educación superior por estudiantes como Ustedes ya es un logro social y familiar. En el caso de las mujeres todavía es más significativo, por nuestras estructuras ideológicas y educativas predominantes, mucho más destacable sus logros.

Quiero manifestar también que ese logro tanto en hombres como en mujeres es resultados del esfuerzo de otros: y me refiero a familiares, amigos, compañeros, maestros, quienes han aportado a ser lo que somos. Por ello somos seres sociales. Por ellos y a través de ellos nos humanizamos. Reitero la idea de que deben seguir, como una constante, el proceso de educarse, de formarse. Esta ceremonia de reconocimiento que hoy celebramos tiene un carácter simbólico de los que se llena la mejor condición humana: el reconocimiento de los otros y en nuestro caso el aprecio y valoración de nuestra comunidad UTJ.

Los felicito, enhorabuena y cordialmente les digo: ¡Felicidades!

Descargar PDF: Reconocimiento a Estudiantes Sobresalientes